El País acaba de publicar un artículo con un titular que pone los pelos de punta a los que nos dedicamos a la salud: «Un macroestudio sugiere que los mayores de 40 años pueden obtener beneficios de un consumo muy limitado de alcohol«. El subtítulo, afortunadamente, es mejor: «Los expertos piden cautela a la hora de extrapolar los resultados de esta investigación, realizada en 204 países durante 30 años, para aplicarlos a recomendaciones individuales».

Como veréis en la foto que ilustra esta entrada, me he tomado la libertad de retocar el titular. Y lo he hecho porque la investigación es un análisis de estudios observacionales que impiden extrapolar causalidad.

Veamos: si observo que quien lleva un Rolex en la muñeca es millonario, no extrapolo que ponerme un Rolex me hará millonario. ¿Verdad?

Y si observo que quien toma alcohol «con moderación» tiene una mejor puntuación en algún parámetro de salud, no extrapolo que beber mejore mi salud.

El Rolex y el alcohol son marcadores de algo que sucede a la vez.

Quien tiene un Rolex es porque tiene dinero; y quien bebe alcohol «con moderación» es porque o bien tiene salud y eso le permite beber alcohol, o bien es moderado en otros aspectos de la salud, y eso le da salud.

Pero veamos las limitaciones del estudio, titulado «Population-level risks of alcohol consumption by amount, geography, age, sex, and year: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2020«:

  • No se han valorado patrones de consumo de alcohol: no se distingue entre quien bebe ocasionalmente en exceso y quien consume la misma cantidad de alcohol durante varios días.
  • La carga de los trastornos por consumo de alcohol no se incluyó en el cálculo de “nivel mínimo teórico de exposición al riesgo”.
  • Las estimaciones de riesgo relativo no tuvieron en cuenta ni ajustaran todas las fuentes de sesgo, como el sesgo de medición, el sesgo de selección o la causalidad inversa. Causalidad inversa es justamente lo que he explicado sobre el Rolex en la muñeca.
  • Los estudios que informaron de los riesgos relativos del consumo de alcohol se basaron en el consumo de alcohol autoinformado (parámetro sujeto a la deseabilidad social y a los sesgos de recuerdo).
  • No se consideraron las diferencias en el riesgo por tipo o calidad de alcohol.
  • No se valoraron muchos de los riesgos del alcohol, como el trastorno depresivo mayor, el trastorno de ansiedad generalizada o la demencia.

Ah, un autor del estudio tiene una beca de investigación de la Fundación Europea para la Investigación del Alcohol, recibe honorarios de The Dutch Beer Institute Foundation-The Brewers of Europe, fue miembro del Comité Organizador y ponente del 9º Simposio Europeo de Cerveza y Salud y cobró por una ponencia patrocinada por la Beer and Health Initiative en 2019.

No olvidemos que el alcohol es una sustancia adictiva que, incluso en bajas dosis, produce cáncer: juliobasulto.com/alcohol-cancer

Tenéis la anterior perorata resumida en este hilo de Twitter:


Posdata (19 de julio de 2022). Gracias a mi admirado amigo Francisco José Ojuelos (@fojuelosdotcom) he conocido esta respuesta de Maricarmen Climént (@mc_climent) en Science Media Centre España (@sciencemedia_es), que justifica que el artículo científico aquí comentado incumple la directriz de The Lancet (la propia revista donde se ha publicado) de comunicar los riesgos absolutos, indispensables para comprender la magnitud real de un riesgo: https://sciencemediacentre.es/reaccion-al-estudio-que-sugiere-que-el-consumo-de-pequenas-cantidades-de-alcohol-podria-tener

Suscripción a este blog: http://juliobasulto.com/novedad-suscripcion-a-mi-blog-a-traves-del-correo-electronico/

Próximos cursos o conferencias de Julio Basulto:

 

Cursos_y_conferencias