Se acaba de publicar un metaanálisis sobre ayuno intermitente con adultos mayores de 40 años con exceso de peso y sin enfermedad metabólica, que asegura que en comparación con una dieta estándar el ayuno intermitente parece efectivo para perder peso en dicho grupo de personas (Yao K et al. J Nutr Health Aging. 2024 Feb 2;28(3):100165. Epub ahead of print). Peeeero…

El estudio tiene varias limitaciones que impiden concluir que estamos ante una estrategia que deba adoptar la comunidad sanitaria alegremente, tanto si tenemos en cuenta su efectividad como, sobre todo, su seguridad.

Empecemos por el diseño. Se ha comparado la efectividad para perder peso (insisto: en mayores de 40 años con exceso de peso y sin enfermedad metabólica), durante un máximo de 12 semanas, entre una restricción calórica estándar y cuatro tipos distintos de ayuno intermitente:

  • Ayuno en días alternos. Se alterna entre un día de ayuno (o una dieta baja en energía con una ingesta del 20% al 25% de la energía normal) y un día de ingesta ilimitada (o una ingesta del 125% al 150% de la energía normal). Se evaluó a 113 personas.
  • Ayuno 5:2. Se “ayuna” dos días no consecutivos a la semana con una dieta muy baja en calorías (1/4 parte de las calorías de un día normal, unas 600 kcal/día para hombres y 500 kcal/día para las mujeres) a base de frutas y verduras frescas, granos integrales, derivados de la soja y leche desnatada. Los cinco días restantes se realiza una ingesta normal. Se evaluó a 102 personas.
  • Alimentación con restricción de tiempo. Tomar menos energía o ayunar generalmente entre 8 y 12 h, en un día, con ingesta libre durante el resto del día. Se evaluó a 129 personas.
  • Ayuno de Ramadán. En el noveno mes del calendario lunar islámico a los musulmanes no se les permite comer ni beber desde el amanecer hasta el atardecer. Se evaluó a 112 personas.

Así, se ha evaluado si un total de 456 personas mayores de 40 años con exceso de peso y sin enfermedad metabólica, seguidas durante un máximo de 12 semanas, pierden más peso con una restricción calórica estándar o bien con cuatro tipos distintos de “ayunos intermitentes”.

Y aquí mi opinión. No tiene sentido y no es recomendable abordar la obesidad con base en este estudio porque:

  • Se ha evaluado solamente a 456 personas, cuando el exceso de peso afecta a más de 1.900 millones de adultos, y con cuatro intervenciones bien distintas entre ellas. De hecho, los autores reconocen que el número de ensayos controlados aleatorios que estudiaron a adultos mayores de 40 años con obesidad sin enfermedad metabólica es muy pequeño, por lo que «no fue posible investigar el sesgo de propagación para la mayoría de los resultados mediante gráficos en embudo». También apuntan que «hubo una heterogeneidad significativa en la literatura de los estudios incluidos en el metaanálisis» algo que «puede haber sesgado los resultados del estudio». Añaden que la certeza de la evidencia para la mayoría de los resultados se calificó “principalmente como baja o moderada» y que «los instrumentos utilizados para la medición de los indicadores fueron inconsistentes con un posible sesgo de medición». Así, concluir con base en este estudio que el ayuno intermitente es una opción válida para la obesidad es como concluir que ir en coche es una buena propuesta para ir a la Antártida con base en un estudio que ha evaluado, en un único país alejado de la Antártida, cuatro rutas de diferente longitud y dificultad, realizadas con un total 456 coches con distinto motor, peso y diseño y con herramientas de medición de baja calidad.
  • El seguimiento ha sido de un máximo de 12 semanas, cuando la obesidad es una enfermedad crónica que y mata a a 2,8 millones de personas cada año. Siguiendo con la analogía del coche, es como si las rutas realizadas fueran de un máximo de 100 metros y concluir que son válidas para ir a la Antártida desde España.
  • La investigación no ha evaluado los efectos adversos a medio o largo plazo de la intervención estudiada, como por ejemplo los trastornos del comportamiento alimentario. Son comunes en personas con obesidad, por lo que es importante no restringir en ellas la alimentación y evitar estímulos exógenos o endógenos que pueden conducir a la pérdida de control y que sabemos que pueden desencadenar estos trastornos. Pero además de no evaluar el riesgo de trastornos de comportamiento alimentario, el estudio no ha evaluado qué ocurre con la composición corporal a medio o largo plazo. Aunque en él se indica que no se observa una pérdida significativa en la masa muscular (ínsito: es un estudio con una muestra pequeña, con un corto seguimiento y con herramientas de medición de mala calidad), tenemos razones para pensar que el ayuno intermitente provoca pérdida de masa muscular. En palabras de los autores «no está claro qué composición corporal y cambios morfológicos ocurren en intervenciones a largo plazo con [el ayuno intermitente]». Es más, en el caso de la intervención que más pérdida de peso produjo, la alimentación con restricción de tiempo, los autores reconocen que dicho peso provino principalmente de glucógeno hepático y que, debido a que el glucógeno tiene un mayor contenido de agua que la grasa, “consumir una gran cantidad de glucógeno puede causar pérdida de agua, lo que resulta en una cierta cantidad de deshidratación, lo que causará un efecto significativo en la pérdida de peso”. En el caso del coche sería como si no hubiéramos llevado los vehículos al mecánico después de realizar las rutas, para valorar posibles daños ocasionados por la propia ruta, tales como serios problemas en el motor o en los frenos.
  • Suponiendo que fuera cierto que el ayuno intermitente tuviera cierta utilidad (algo que este estudio no demuestra en absoluto, como he justificado más arriba), sólo la tendría en personas mayores de 40 años con obesidad y sin enfermedad metabólica alguna… algo no muy común, porque patologías como la hiperglucemia, la hipertensión, la hipertrigliceridemia o la hipercolesterolemia son muy frecuentes en adultos con obesidad. De hecho, en este nuevo metaanálisis se reconoce que el ayuno intermitente comporta riesgos para personas con enfermedades metabólicas. En el caso de la analogía del coche es como si se hubiera hecho el estudio con vehículos que disponen de la más moderna tecnología (como sensores del ritmo cardíaco del conductor, sistemas de seguimiento de los ojos, sensores que avisan de lo que no vemos en carretera o retrovisores con cámaras que avisan si se nos acerca rápidamente un vehículo) y alguien extrapolara sus resultados a coches que no tienen dicha tecnología.

Por todo lo anterior he indicado en el título de este artículo que un mal metaanálisis de ayuno intermitente es como una macedonia elaborada con fruta en mal estado.

Nada de lo anterior significa que yo esté a favor de una restricción calórica estándar. Estoy a favor de que la población aprenda a comer bien y de que lo haga durante toda su vida. Y estoy a favor de un cambio general en el estilo de vida que tenga en cuenta diversos factores (como aspectos psicológicos, la actividad física o el seguimiento de un patrón de dieta sana y sostenible en el tiempo), tal y como se justificó en el documento “Directrices europeas prácticas y centradas en el paciente para el tratamiento de la obesidad en adultos en atención primaria” (Durrer Schutz D et al. European Practical and Patient-Centred Guidelines for Adult Obesity Management in Primary Care. Obes Facts. 2019;12(1):40-66).

Cierro este texto con una analogía más, en este caso relacionada con la educación. ¿Escogería usted un método para educar a sus hijos con base en un estudio que ha planteado cuatro propuestas de educación muy distintas entre sí, las ha comparado con el método tradicional de educación (ampliamente criticado por la comunidad educativa), que se ha realizado con 456 estudiantes de muy diferente nivel socioeconómico y cultural, que ha durado un máximo de 12 semanas y que no ha evaluado los posibles efectos adversos a largo plazo?

Yo no.

He escrito en varias ocasiones, anteriormente, sobre el ayuno intermitente. La mejor manera de localizar mis artículos es revisar el texto y las posdatas del artículo “Ayunar del ayuno intermitente”: https://juliobasulto.com/ayuno-intermitente/

 

 

 

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