Cuando una propuesta dietética se pone de moda es muy difícil convencer a la población de su falta de beneficios demostrados y, más importante, de sus riesgos. Una de dichas modas es el ayuno intermitente.

Aunque Carles Mesa y yo hablamos de ello en mi espacio Vida Sana el 30 de enero de 2022, en estos dos años se ha hablado mucho (y no siempre bien) de esta cuestión. Así que hemos vuelto a dedicar el espacio a esta cuestión.

Aquí traigo los enlaces a la entrevista, y más abajo comparto más información escrita sobre la misma:

1.- Podcast en RNE: https://www.rtve.es/play/audios/vida-sana-con-julio-basulto/vida-sana-julio-basulto-ayuno-intermitente-mejor-no-hacerlo/15980610/

2.- Podcast en Spotify: https://open.spotify.com/episode/0fbYvh7aixKJse51pLlwpX:

3.- Reseña del programa por Jorge González para Ciencia y Futuro (RNE): «Julio Basulto ‘ayuna’ del ayuno intermitente».

La patraña de la semana es esta publicada el 14 de febrero en la “revista masculina” GQ: “Qué es la alimentación intuitiva y por qué es la opción más eficaz para disfrutar de la comida sin remordimientos”.

Para abordar esta patraña hemos contado con unas impagables declaraciones de la gran Beatriz Robles (¡GRACIAS!), entre otros motivos porque acaba de publicar en El Comidista (El País) el recomendable artículo “La moda de la alimentación intuitiva: ¿es saludable comer siempre lo que te pida el cuerpo?”,

La buena noticia nutricional de la semana proviene del estudio “Explorando el vínculo entre la alfabetización física percibida y los resultados del rendimiento académico”, de Gabriel Domínguez-Martín y colaboradores.

El estudio concluye que a más alfabetización física (motivación, habilidades físicas, conciencia de la importancia de la actividad física… ), mejor rendimiento académico en adolescentes. Los autores proponen varias posibles explicaciones para este hallazgo, como la siguientes:

  • Generación de mayor concentración y atención por la liberación de endorfinas y neurotransmisores a través del ejercicio físico, que no solo eleva el estado de ánimo sino que también mejora la función cognitiva.
  • Incitación al desarrollo de ciertas habilidades cognitivas y de personalidad, como la planificación, la toma de decisiones, la resolución de problemas y la coordinación motora, lo que mejorará la capacidad para organizar tareas, tomar decisiones correctas y enfrentar desafíos académicos.
  • Promoción de rasgos esenciales de la personalidad, como la determinación, la perseverancia, el valor, la resiliencia y el pensamiento crítico, altamente transferibles a diversas áreas académicas.
  • Desarrollo de habilidades sociales y disciplinarias, como el trabajo en equipo, la comunicación y la disciplina.
  • Establecer rutinas, horarios estructurados, hábitos y estrategias de estudio eficaces (debido a la disciplina y a la gestión del tiempo necesarias para mantener sus rutinas de aptitud física).

Fuente: Domínguez-Martín G, Tárraga-López PJ, @JFLopezGil. Exploring the link between perceived physical literacy and academic performance outcomes: insights from the EHDLA study. Front Sports Act Living. 2024;6:1352114.

Comenté el estudio en este tuit:

 


En cuanto al ayuno intermitente, Carles y yo hemos empezado con una nueva “patraña de la semana”: la publicada recientemente por ABC Salud (y que nos hizo llegar por e-mail Manuel Peña Eguren): “La dieta del ayuno controlado nos hace 2,5 años más jóvenes”.

En la noticia parece que citan el estudio, pero no. Me ha costado encontrarlo, pero lo he conseguido (Nat Commun. 2023 Sep 8;14(1):5529.). Se trata de un estudio en ratones que aunque podría ser útil para (en palabras de los autores) tomarlo como base para «ensayos clínicos destinados a evaluar la capacidad del ayuno periódico que imita la dieta para aumentar la eficacia de la inmunoterapia en pacientes con cáncer y al mismo tiempo reducir sus efectos secundarios», en ningún momento podemos extrapolar sus resultados a humanos y mucho menos podemos afirmar que dicha dieta nos haga «2,5 años más jóvenes».

Hablé sobre el responsable del estudio (Valter Longo) en este tuit:

 

Y hablando de cáncer, en mi opinión seguir este planteamiento por pacientes con cáncer es pura negligencia, como justifiqué tanto en en el libro “Dieta y cáncer” como en el artículo «Ayuno intermitente con cáncer: imprudencia temeraria«.

En sobre el resto de la entrevista, además de citar tanto al nutricionista y microbiólogo Juan Camilo Mesa (@ElNutriDice), como a nutricionista e investigadora María E. Marqués (@marquesnutricion), he intentado resumir las posdatas que he añadido desde el 30 de enero de 2022, hasta ahora en mi texto «Ayunar del ayuno intermitente«.

Pregunta sana de la semana pasada (15 de febrero de 2024): El primer ensayo clínico de la historia, realizado por el doctor escocés James Lind a bordo del buque HMS Salisbury. ¿En qué consistió? Sorteábamos un ejemplar del libro “Come mierda. No comas mejor, deja de comer peor”.

Respuesta: El primer ensayo clínico de la historia fue realizado por el doctor escocés James Lind a bordo del buque HMS Salisbury entre 1746 y 1747. Dividió a los marineros en grupos y les dio diferentes tratamientos para el escorbuto. Descubrió que el grupo que consumió jugo de limón y naranja mostró una mejoría significativa, estableciendo así la eficacia de la vitamina C en la prevención del escorbuto.

Pregunta sana de esta semana (22 de febrero de 2024): Una persona que tiene una enfermedad celiaca bien diagnosticada ¿cuántos gramos de gluten puede comer al día con seguridad? Sorteamos un ejemplar del libro “No más dieta. Por qué las dietas milagrosas no funcionan o cómo aprender a comer saludablemente”.

Si queréis participar, escribid a [email protected]

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