Los que tenemos unos años pasamos nuestra infancia sin la actual omnipresencia de unas bebidas llamadas “energéticas”. Por la simple razón de que no existían. Y he dicho “omnipresencia” porque las estadísticas de su consumo son altísimas y van en claro aumento. Un aumento que para cualquier profesional de la salud es peligroso. Pues bien, en esta nueva entrega de “Vida Sana”, hemos hablado de este peligro.

 

La patraña de la semana

Pero antes, “La patraña de la semana”, que nos la ha hecho llegar Daniel Prados Ruiz (@pradossruiz). La publicó Faro de Vigo el pasado 22 de diciembre y dice así “El batido para perder hasta 6 kilos en 10 días y decir adiós a la grasa del abdomen”.

El supuesto batido es el té rojo. Y no, no hay pruebas de que tenga ese mágico efecto.

 

La (buena) noticia nutricional de la semana

Y “La buena noticia nutricional de la semana” es una investigación recién publicada, con el siguiente título: “The Benefits of Exercise in Breast Cancer”. Cuéntanos.

En el artículo científico, publicado en Arquivos brasileiros de cardiología (Sociedade Brasileira de Cardiologia) por Milena Dos Santos Barros Campos y colaboradores, leemos que: “La evidencia científica ha sugerido efectos beneficiosos de los ejercicios físicos en la prevención, el tratamiento y el postratamiento del cáncer de mama. Además de combatir el sedentarismo, es fundamental mantener un peso corporal saludable, limitar el consumo de alcohol y seguir una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, cereales y fibras, y limitada en carnes rojas. Los efectos de los ejercicios no se limitan al cáncer de mama, sino que se extienden al control de los factores de riesgo modificables y a la reducción de la incidencia de enfermedades cardiovasculares y la mortalidad cardiovascular y por todas las causas”.

 

Bebidas “energéticas”

En cuanto a las bebidas energéticas, lo primero es no confundirlas con las llamadas bebidas “deportivas”. La propia EFSA (European Food Safety Authority), en un informe, insiste en diferenciarlas de las llamadas «bebidas deportivas» o «isotónicas» (de las cuales sí existen evidencias, según la EFSA, en relación a la mejora del rendimiento deportivo en determinadas circunstancias). Al parecer, gran parte de la población confunde ambas categorías. Y sobre su relación con el deporte, la International Society of Sports Nutrition (ISSN), una entidad a la que le preocupa la salud del colectivo “diana” de estas bebidas: los deportistas. La ISSN justifica que los atletas adultos no deberían tomar (en su caso) más de una lata al día, porque ello “puede conducir a efectos adversos y efectos secundarios dañinos”. Hablé de ello en el texto ‘¿Quiere averiar la salud de su hijo? Ponga a su alcance bebidas “energéticas”’.

También hemos creído importante hablar sobre su denominación. Yo prefiero denominar a estas bebidas con alguna de las siguientes acepciones: “Bebida Taquicárdica”, “Bebida Intranquilizante”, “Bebida Neurotizante”, “Bebida excitante” o “Bebida Angustiante”. El caso es que no existe una definición consensuada de las bebidas «energéticas». Pero se suele entender que son bebidas no alcohólicas que contienen cafeína, taurina y/o vitaminas (a menudo en combinación con otros ingredientes) y comercializadas por su supuesto efecto «estimulante, energizante y/o potenciador». A la taurina (una sustancia -aminoácido- que nuestro cuerpo fabrica por sí mismo) se le atribuyen mejoras sobre la función cognitiva o el rendimiento deportivo, algo que para la EFSA no tiene sustento científico. Otros ingredientes habituales en estas bebidas son los extractos de hierbas (muy poco estudiados en humanos) y el azúcar o edulcorantes. Pues bien, pese a que a lo que insinúa tanto la denominación comercial (“bebida energética”) como el marketing de estos mejunjes, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no permite, desde 2011, que sus fabricantes les atribuyan ni la capacidad de “energizar” ni tampoco la capacidad de: mejorar el rendimiento mental, el tiempo de reacción, la alerta o la memoria.

¿Tanta cafeína tienen? En el texo “Cafeína y azúcar en Burn 50 cl. (bebida «energética»)” realicé el siguiente cálculo: una lata de “Burn” de 500 ml contiene en su interior el equivalente a tres cafés y a 15 sobres de azúcar (de 5 gramos cada uno). Una barbaridad. Y también justifiqué que la mayoría de quienes consumen estos brebajes tienen entre 10 y 18 años. Es más, casi el 20% de los menores de diez años toma una media de dos litros mensuales de bebidas “energéticas”.

El consumo poblacional de estas bebidas es tan preocupante que el Ministerio de Consumo publicó el año pasado un informe para intentar disminuirlo, titulado “Consumo responsable de bebidas energéticas”. Insiste en que su consumo está desaconsejado en niños y mujeres embarazadas o en período de lactancia e identifica “un patrón de consumo de riesgo potencial para la salud”  y “una tendencia creciente del consumo de estas bebidas por parte de los jóvenes”.

¿Tan preocupante es su consumo en niños? Pues sí, como justifiqué en el artículo “Diez perjuicios de las bebidas energéticas en niños” (basando mis afirmaciones en un estudio publicado en marzo de 2011 y en un editorial aparecido un año antes) los principales peligros de su consumo en niños son:

  1. Menor sensación de bienestar, trastornos del estado de ánimo, baja autoestima e incluso depresión.
  2. Peor rendimiento escolar.
  3. Mala calidad del sueño.
  4. Exacerbación del asma.
  5. Obesidad infantil.
  6. Aumentos de la tensión arterial.
  7. Incrementos indeseables de la glucemia (relacionados con el riesgo de diabetes).
  8. Interacciones con medicamentos que tome el niño.
  9. Problemas dentales y óseos.
  10. Pueden agravar afecciones cardíacas preexistentes.

Pero sobre todo he comentado con Carles una investigación sobre estas bebidas que se acaba de publicar en la revista científica Nutrients y cuya primera firmante es la doctora Carmen Rubio (Caffeine, D-glucuronolactone and Taurine Content in Energy Drinks: Exposure and Risk Assessment). Se ha centrado en revisar la seguridad de los tres ingredientes principales de estas bebidas: la cafeína, la taurina y la D-glucuronolactona. No lo detallo aquí (sí lo he comentado con Carles) porque hace unos días redacté un texto sobre esta cuestión: “Más bebidas “energéticas”, más daños para la salud poblacional”.

Y como muchos deportistas usan estas bebidas para mejorar su rendimiento he aprovechado para insistir en que la mejora en el rendimiento en corredores gracias a la cafeína ronda el 1,1% (http://pubmed.gov/22890496/). Sabiendo que hay una considerable posibilidad de presentar efectos adversos, como taquicardia o palpitaciones (http://pubmed.gov/35380245/), es como para pensárselo dos veces.

También hemos comentado brevemente una investigación de Jeremiah Ayalde y colaboradores sobre la publicidad de estas bebidas, dirigida a menores, en la red social TikTok, dado que ha constatado que no tienen restricción de edad. Y es urgente que la tengan., porque su consumo es especialmente peligroso en menores.

Y hablando de niños, para el abogado Francisco Ojuelos, experto en derecho alimentario, las autoridades deberían aplicar el artículo 3 de la Ley General de Salud Pública: principio de precaución.

Ojuelos, por cierto, ha tenido la amabilidad de llamarnos en directo para resolvernos algunas dudas sobre este tema. ¡Muchísimas gracias!

Por último, dado que Carmen Rubio y colaboradores, en el artículo que he citado más arriba, indican que “más de la mitad de los consumidores jóvenes europeos dijeron que ocasionalmente consumían bebidas ‘energéticas’ mezcladas con alcohol”, Carles y yo hemos hablado de la combinación alcohol-bebidas “energéticas”. Tenéis más información en el texto “Red Bull con alcohol y jamacucos

Tenéis más información sobre este tema en el libro «Beber sin sed» del pediatra Carlos Casabona y de un servidor.

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La pregunta sana

Pregunta sana de la semana pasada (23/12/2022): ¿Qué porcentaje de cánceres son prevenibles, según la OMS? Sorteábamos un ejemplar del libro “Alimentación vegetariana en la infancia”, de Maria Blanquer, Maria Manera, Pepe Serrano y un servidor.

Respuesta: del 30 al 50% https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/cancer

Pregunta sana de esta semana (30/12/2022): Según el informe del Comité Científico de la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) titulado “Consumo responsable de bebidas energéticas”, ¿qué porcentaje de estudiantes de 14 a 18 años mezcla alcohol con bebidas energéticas? Sorteamos un ejemplar del libro “El derecho de la nutrición” del abogado Francisco José Ojuelos (Editorial Amarante).

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2023-01-02T19:55:46+01:0001/01/2023|Categorías: Beber sin sed, Entrevista, Francisco José Ojuelos, Julio Basulto (Blog personal), Vida Sana|Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , |