¿Puede un único nutriente llenar ríos de tinta en libros y revistas especializadas y generar acaloradas discusiones no solo en sobremesas familiares, sino incluso en el ámbito científico? Puede, como ocurre con un nutriente denominado calcio. Por eso Carles Mesa y yo hemos decidido dedicarle tres espacios “Vida Sana” (tenéis aquí la primera y la segunda parte). Hoy, por fin, llega la última “entrega” del tema “Calcio y salud ósea”.

El caso es que en las anteriores entregas no hablamos del calcio en mujeres embarazadas o lactantes. Pues bien, las autoridades en materia de nutrición recomiendan a las mujeres adultas que tomen la misma cantidad de calcio antes del embarazo que durante el mismo, o durante la lactancia. (IOM, Institute of Medicine. Dietary Reference Intakes for Calcium and Vitamin D. The National Academies Press. Washington, DC: 2011). Podéis comprobarlo aquí. En parte, porque aumenta el aprovechamiento del calcio que toma la mujer con los alimentos. Varios estudios observan que ni la paridad ni la lactancia afectan el riesgo de fractura (Bone. 2015 Apr;73:160-6, Obstet Gynecol. 2017 Jul;130(1):171-180). Dar el pecho, además, podría proteger a la madre frente a osteoporosis o fracturas óseas (Lakartidningen. 2005 Jan 31-Feb 6;102(5):290-3). Lo justifiqué en el texto “Dar la teta no produce osteoporosis, pero puede proteger del cancer”.

¿Y las personas vegetarianas o veganas? Hay pruebas que indican que no se observan diferencias en la densidad mineral ósea o en el riesgo de fracturas osteoporóticas entre personas vegetarianas y omnívoras (Crit Rev Food Sci Nutr. 2021 Nov 1:1-17). Ujué Fresán nos acompañó a Carles Mesa y a mí en este mismo programa, en diciembre de 2020, y nos resumió brevemente el texto “El vegetarianismo ¿rompe los huesos?”, en el que ella y yo hablamos del tema. Y es lo que yo he intentado transmitir hoy. Lo más importante es recodar que la recomendación para personas vegetarianas no es “coma carne”, sino que la recomendación, salvo en lo concerniente a la vitamina B12, es muy parecida a la recomendación que daríamos a cualquier otra persona: esfuércese por seguir un patrón de alimentación nutricionalmente adecuado y saludable, expóngase con frecuencia pero con moderación a los rayos del sol (para sintetizar la vitamina D ) consuma suplementos de vitamina B12, escoja sal yodada y evite el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo de alcohol. En el citado texto hay unas cuantas posdatas que aconsejo revisar

Para resumir lo explicado en las anteriores “entregas” y esta, el mensaje final que enviaría es que una buena alimentación se relaciona con una mejor salud ósea. O, visto al revés, una mala alimentación empeora la salud ósea. Es recomendable, si nos preocupan nuestros huesos, que pensemos no en nutrientes saludables, sino en alimentos saludables: frutas frescas, hortalizas, legumbres, frutos secos (almendras, avellanas, nueces), fruta desecada o granos integrales (Tuckler KL, 2009). Las autoridades en nutrición tienen cada vez más claro que mejorar la nutrición no pasa por sumar nutrientes (como el calcio) o por buscar alimentos mágicos sino más bien por disminuir nuestro consumo de productos insanos (Tuckler KL., 2009). Tiene todo el sentido que dejemos de fumar (en su caso), que consumamos menos bebidas alcohólicas, que cuidemos nuestra vitamina D, que no nos automediquemos y que huyamos del sedentarismo (Du F., et al., 2011).

Hoy no hemos tenido patraña de la semana, sino “Análisis de la semana”. Y es que se ha publicado un estudio que ha dado pie a muchos titulares, como este de El País “Comer un aguacate a la semana está relacionado con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular”. El subtítulo es importante, así que también lo leemos: “Un estudio durante 30 años observa que esta fruta, de elevado coste medioambiental, puede tener un efecto similar al del aceite de oliva o los frutos secos”. El titular resume lo publicado en el texto “Avocado Consumption and Risk of Cardiovascular Disease in US Adults” recién publicado por Lorena S. Pacheco y colaboradores en la revista Journal of the American Heart Association (J Am Heart Assoc. 2022 Mar 30:e024014). ¿Qué opino? Lo mismo que los autores, que al ser un estudio observacional “no se puede establecer una asociación causal”. ¿Y si las personas que reportan comer más aguacate son diferentes a las que no lo hacen en alguno de los muchos factores relacionados con el estilo de vida? El equipo de investigación intentó controlar tales factores, pero, en sus palabras “no se puede descartar por completo la confusión residual”. En todo caso, para mí lo más importante de esta investigación es comprender que debemos sustituir las grasas de mala calidad por aceite de oliva u otros aceites vegetales no hidrogenados y sin alto contenido en grasas saturadas. No podemos olvidar, tal y como se detalla en el texto de El País, que “en algunos países, la producción de aguacates tiene un elevado impacto medioambiental”, aunque afortunadamente “es posible consumir aguacates de origen local y durante su temporada de producción”.

 

Y no os olvidéis de la pregunta sana de esta semana, ¡está más abajo!

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Pregunta sana de la semana pasada (26/03/2022): El documento “¿La dieta sin gluten es beneficiosa para las personas sanas?”, del portal Nutrimedia, ¿a qué conclusión llega? Sorteábamos un ejemplar de mi libro “Se me hace bola. Cuando no comen como queremos que coman”.

Respuesta: El mensaje “La dieta sin gluten es beneficiosa para la salud de los adultos sanos” es probablemente falso.

Pregunta sana de esta semana (03/04/2022): Tres años después de haberse aplicado un impuesto a las bebidas azucaradas en Catalunya, ¿en qué porcentaje se han reducido las compras de estas bebidas? Tenéis la respuesta en el texto: “Efecto del impuesto de las bebidas azucaradas en Cataluña desde su implantación, ¿creéis que ha servido de algo?” del weblog Gastronomía & Cía o en el artículo Miguel Ángel Royo-Bordonada et al, Effect of excise tax on sugar-sweetened beverages in Catalonia, Spain, three and a half years after its introduction. Int J Behav Nutr Phys Act. 2022 Mar 12;19(1):24. Sorteamos un ejemplar del libro “Comer y correr. Desmontando los mitos de la alimentación de los runners”.

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