La Wikipedia (tanto en castellano como en inglés) define así la palabra «colecho»: «práctica en la que bebés o niños pequeños duermen con uno o los dos progenitores». Lo expliqué en el texto «¿Bebés que duermen en cajas de cartón? No señor«. En él justifiqué qué razón mueve a un nutricionista a hablar de esta cuestión, así que no lo repetiré aquí.

Hoy quiero traer brevemente las conclusiones de esta investigación cuya primera firmante es la doctora Melissa Bartick: «Bedsharing may partially explain the reduced risk of sleep-related death in breastfed infants» (Compartir la cama puede explicar parcialmente el menor riesgo de muerte relacionada con el sueño en bebés amamantados) (Front Pediatr. 2022 Dec 13;10:1081028).

Su trabajo comienza con una frase la mar de contundente:

«Los estudios han demostrado que la lactancia materna se asocia con un menor riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) y muerte súbita infantil inesperada y se cree que la asociación con el SMSL probablemente sea causal».

Vamos, que parece bastante claro que la lactancia materna protege a los bebés del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.

Pero en su investigación se plantean lo siguiente: ¿y si ocurre algo a la vez que la lactancia materna, y ese factor es en parte responsable de la disminución en el riesgo del SMSL?

Ese algo es el colecho. Porque también sabemos que existe una relación causal entre el colecho y la duración de la lactancia (a más colecho, más duración de la lactancia). En su trabajo encontramos estas conclusiones que, opino, conviene difundir:

«Compartir la cama tiene efectos protectores conocidos entre los lactantes y confunde la asociación protectora entre la lactancia materna y la muerte infantil relacionada con el sueño. Es hora de revisar las conclusiones históricas de la literatura de que el colecho es responsable de las muertes relacionadas con el sueño y comprender el papel más matizado del colecho a la luz de lo que sabemos sobre su fisiología entre los lactantes y los principios básicos de la epidemiología».

En suma, presuponiendo que no hay circunstancias peligrosas (las detallé en el texto de las cajas de cartón), el lugar más seguro para un bebé lactante es, en palabras de Bartick y su equipo, «en la cama con su madre».

Nota: la foto que ilustra esta entrada es de 2018, cuando todavía practicábamos el colecho.

Fuente: Bartick M, Young M, Louis-Jacques A, McKenna JJ, Ball HL. Bedsharing may partially explain the reduced risk of sleep-related death in breastfed infants. Front Pediatr. 2022 Dec 13;10:1081028.

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