¿Qué es y qué síntomas ocasiona?

En medicina se entiende que una hernia se produce cuando un tejido, estructura, o parte de un órgano se desplaza o sobresale de sus límites normales, como el hueso, el tejido muscular o la membrana que lo contiene. La hernia de hiato hace referencia al desplazamiento de una parte del estómago, que sobresale dentro del tórax. Ello se produce a través de un orificio ubicado en el diafragma (capa muscular que separa el tórax del abdomen y que usamos para respirar). Es un trastorno muy frecuente, que padece entre el 10 y el 50% de la población adulta. Es más habitual en hombres, sobre todo a partir de los 50 años y su incidencia va en claro aumento.

Esta dolencia, como cualquier otra, debe ser diagnosticada por un médico, aunque en este caso resulta importante insistir en ello, ya que los típicos síntomas que puede padecer una persona con hernia de hiato son muy similares a los de muchos otros trastornos. De hecho, la hernia de hiato se suele apodar “el gran imitador”. En todo caso, los síntomas, que pueden no presentarse, suelen ser reflujo (retorno de los alimentos desde el estómago hacia el esófago, lo que suele causar ardores), molestias o dolor en el pecho, dificultades respiratorias (por el efecto de la hernia en el diafragma), palpitaciones (por la irritación del nervio vago) o sensación de “calambres” al ingerir la comida mientras pasa por la parte baja del esófago, hasta que entra en el estómago.

Prevenir no es curar

Una enfermedad casi nunca se trata con lo mismo que la previene. Un casco puede prevenir una lesión grave si vamos en moto, pero si se produce dicha lesión, no la trataremos con un casco, sino con un bisturí en un quirófano. Y viceversa: no prevenimos el accidente de moto si conducimos junto a un cirujano. Sucede lo mismo con la hernia de hiato: los consejos a seguir cuando ya está instaurada no suelen ser útiles para prevenirla. ¿Cuáles son los factores implicados en la prevención de esta dolencia? Los más repetidos en los manuales de referencia son el tabaquismo, el sedentarismo y, sobre todo, la obesidad, tal y como confirmó una sólida investigación publicada en la revista European journal of gastroenterology & hepatology por Shyam Menon y Nigel Trudgill. En este metaanálisis de la literatura científica se detalló que las personas con obesidad tienen 2,5 veces más posibilidades de padecer este trastorno. Así, prevenir la obesidad puede prevenir la hernia de hiato. En la prevención del exceso de peso influye tanto el ejercicio físico como la alimentación. ¿Qué aspectos dietético nutricionales previenen la obesidad? Es lo que revisó en 2011 el consenso español de prevención y tratamiento del sobrepeso y la obesidad, cuyas conclusiones al respecto son que el sobrepeso y la obesidad se pueden prevenir teniendo en cuenta las siguientes consideraciones.

– Seguir una dieta formada por alimentos que no tengan una alta densidad energética (refrescos, bollería, embutidos, aperitivos salados, etc.).
– No comer más de una vez por semana “fast food”.
– Consumir raciones de menor tamaño.
– Seguir una dieta mediterránea o una dieta vegetariana o lo más cercana posible al vegetarianismo.
– Aumentar el consumo de fibra a partir de alimentos de origen vegetal.
– Cuanto menos alcohol, mejor.
– Consumir una alta cantidad de frutas, hortalizas y cereales integrales (pan integral, pasta integral, arroz integral, etc.)
– Limitar el consumo de carne y productos cárnicos.

Creo que el mejor abordaje dietético para seguir estas indicaciones es el propuesto por la guía «Pequeños cambios para comer mejor» de la Agència de Salut Pública de Catalunya.

Tratamiento.

El tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas. Puede que no haga falta hacer nada, debido a que o bien no hay molestias, o bien estas son leves y tolerables. O puede darse el caso opuesto, en la que existan síntomas severos (Ej.: reflujo gastroesofágico grave sin respuesta al tratamiento médico indicado), que requieran cirugía. En el punto medio se sitúan la mayoría de personas, que suelen precisar, además de ciertos cambios en el estilo de vida (detallados a continuación) la utilización de fármacos para controlar el síntoma más común en esta dolencia: el reflujo gastroesofágico. Las modificaciones en el estilo de vida son la primera línea de tratamiento, tal y como detallaron en 2019 Alice Sfara y Dan L. Dumitrascu.

Los cambios dietéticos o medidas generales relacionadas con la alimentación que han mostrado eficacia en algunos grupos de enfermos para abordar la sintomatología de la hernia de hiato son:

– Si se padece sobrepeso u obesidad (algo frecuente en estos pacientes), se debe acudir, en primer lugar, al médico, para que diagnostique el exceso de peso y valore si existen patologías asociadas que requieran tratamiento (Ej.: colesterol elevado o hipertensión). En segundo lugar, debe consultarse a un dietista-nutricionista con el objetivo de disminuir el peso corporal.
– Se deben evitar los atracones, y los alimentos copiosos. Estrategias útiles para ello son utilizar una vajilla de menor tamaño al habitual, no tener fuentes de alimentos en la mesa, iniciar las comidas con alimentos como frutas y hortalizas o acudir con menos frecuencia a restaurantes, sobre todo a Buffets libres.
– Conviene realizar comidas frecuentes, ligeras y poco especiadas, sobre todo antes de irse a la cama.
– Seguir una dieta rica en alimentos de origen vegetal, que contienen fibra dietética, algo que evitará el estreñimiento, una dolencia que empeoraría los síntomas.
– Se debe evitar un alto consumo de alimentos ricos en grasas, tales como aceites, salsas (mayonesa, alioli), mantequilla, margarina, embutidos y derivados cárnicos (panceta, chistorra, foie gras, salami, longaniza) o quesos curados.
– Se deben evitar ciertos alimentos que pueden irritar a la mucosa gástrica o esofágica si ya está lesionada: chocolate, especias, sobre todo las picantes (Ej.: pimienta), bebidas alcohólicas (aunque sean de baja graduación, como el vino o la cerveza), el café, los cítricos o las bebidas carbonatadas.

Es importante recordar que estas medidas no tienen por qué prevenir la enfermedad. Es decir, el hecho de que una persona con hernia de hiato acompañada de reflujo esofágico no deba abusar, por ejemplo, de los cítricos, no significa que dichos alimentos “causen” la enfermedad.

Aunque no dietéticos, otros consejos importantes son dejar de fumar, en su caso (conviene solicitar ayuda médica para ello, dado el poder adictivo del tabaco), acostarse 1-2 horas tras la comida, tumbarse del lado izquierdo y con la cabecera de la cama elevada unos 10 cm (no valen las almohadas ya que se debe inclinar todo el tronco) y, por último, practicar un mínimo de ejercicio físico de 30 minutos diarios, siempre bajo el asesoramiento de especialistas en actividad física para que exista un enfoque personalizado (en el caso de la hernia de hiato se debe evitar la maniobra de Valsalva).

La buena noticia es que la mayoría de pacientes con hernia de hiato pueden aliviar sus síntomas con cambios en los hábitos de vida junto con fármacos antiácidos y antisecretores gástricos.

Posdata (13 de abril de 2024): hablé de esta enfermedad con Carles Mesa en el espacio «Vida Sana» del programa Gente Despierta (Radio Nacional de España) el día 28 de marzo de 2024: https://www.juliobasulto.com/vida_sana_28_mar_2024/

 

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2024-04-13T21:03:06+02:0003/11/2023|Categorías: Julio Basulto (Blog personal), Sin categoría, Textos de Julio Basulto|Etiquetas: |